Tres profesores del Programa de Agronegocios analizan las claves y desafíos para el 2021

Comienza un nuevo año signado por la incertidumbre que caracterizó al 2020. Aún sin vacunaciones masivas, la sociedad continúa cuidándose mientras retoma algunas actividades parecidas a la normalidad, que marcan tímidamente el ritmo de una golpeada economía.

Desde el Programa de Agronegocios y Alimentos (PAA) consultamos a tres de nuestros profesores para conocer los principales temas en los que prestar especial atención para el agro en Argentina y alrededor del mundo. Poniendo faros cortos y largos, pensando en la coyuntura y desafíos estructurales, los profesionales analizaron la situación.

Para el Ing. Sebastián Senesi, director del PAA, tendremos un mundo signado por la incertidumbre como consecuencia de la continuidad de la pandemia, pero por otra parte con una demanda sostenida en términos de precios internacionales, liderada por China y el sudeste Asiático, que favorecen a los países productores de alimentos.

Ese mismo escenario lo confirma Gustavo Idígoras, Presidente de CIARA-CEC y profesor del Programa de Agronegocios: “vinculado a la dinámica de precios internacionales sostenidos, si bien las condiciones climáticas no han sido las mejores, las condiciones de precios internacionales pueden llegar a dar ingresos totales del complejo agroindustrial argentino por encima del año 2020”.

Idígoras cree que las relaciones geopolíticas en el mundo seguirán inestables, generando distorsiones y desvíos en los mercados. “Hay que esperar a ver la evolución del gobierno de Joe Biden en USA y la relación con Xi Jinping en China. También los vínculos de éste último con los otros jugadores del mercado de alimentos como Australia, Rusia, Ucrania y la UE. Las variables de inestabilidad y volatilidad van a estar muy presentes en el 2021”, asegura.

Por su parte, Enrique Erize, titular de Nóvitas y profesor del módulo Negocios de Commodities, plantea que en los mercados granarios hay que separar las cuestiones estructurales y las de coyuntura. “En las estructurales observamos un PBI en China sostenido y un aumento del PBI per cápita que conlleva un estándar de vida mejor y representa una mejora en términos de los hábitos de consumo que tracciona fuertemente la oferta”. Asimismo, opina que China continuará planteando el comercio de granos como un tema geopolítico y así decidirá inversiones en el exterior para poder crecer en diversas regiones como por ejemplo en África, Brasil, Rusia y Ucrania en menor medida.

Erize también pone el foco en la actual dinámica de los precios y afirma: “observamos un llamativo rally de precios en una época extraña. No es usual ver rally de precios de agosto a diciembre, en general estas situaciones se dan en coincidencia con el mercado climático de USA, en los meses de mayo a julio, cuando ingresa la cosecha americana al circuito internacional”. Esto es  llamativo además si se tiene en cuenta que asistimos a la tercera cosecha de maíz más grande de la historia y una muy buena cosecha de soja. Esto no es una crisis de precios por un tema de clima como ha sido anteriormente, sino por una explosión de la demanda a la que se suma la debilidad del dólar por la mayor emisión en economías centrales a causa del COVID19”.

Hay que seguir muy de cerca la Asociación Económica Integral Regional (RCEP, por sus siglas en inglés) que crea una gigantesca zona de libre comercio entre las 10 naciones que integran el ASEAN (Indonesia, Tailandia, Singapur, Malasia, Filipinas, Vietnam, Birmania, Camboya, Lagos y Brunei) así como China, Japón, Corea del Sur, Australia y Nueva Zelanda. De este modo, Erize plantea que este bloque representa el 30% del PBI mundial y en su mayoría (a excepción de Australia y Nueva Zelanda) son deficitarios en alimentos “al menos de soja y maíz que son las vedettes”.

Este grupo promete mejorar las condiciones económicas de los países que lo conforman, lo cual representaría muy buenas oportunidades para nosotros. “Si se repite la historia de crecimiento de China, pero multiplicada por 15 países, todo indica que para un país productor de alimentos será una muy buena noticia”, advierte.

Si bien, la reciente reunión de la Mesa de Enlace en Casa Rosada, disipa los rumores de nuevas retenciones y cupos, Erize es contundente: “veo con desconfianza los rumores de aumentos en los derechos de exportación, o las mal llamadas retenciones. Los argumentos son conocidos y no funcionaron nunca. Aumentan la presión fiscal sobre el campo en un contexto de caída del PBI. Nuestros países vecinos producen lo mismo que nosotros y exportan, pero sin embargo no tienen inflación ni retenciones”, sentencia.

Por su parte, Senesi avizora que los márgenes van a ser muy estrechos para los planteos productivos argentinos y deberemos seguir el contexto político en un año electoral. En tanto, aclara que “las medidas políticas en un año de elecciones pueden sumar más tensión. Las empresas van a tener que adaptarse permanentemente y estar muy alerta, con mucha comunicación y muy atentos a los cambios”. Por otro lado, cree que el mercado de insumos también seguirá sostenido, lo cual es una buena noticia para los pueblos del interior que se mueven al compás del campo.

Finalmente, para Idígoras, la variable a tener en cuenta en la dinámica del mercado argentino será la inflación, al afirmar que “la política de control de precios hacia los alimentos puede dar lugar a inconvenientes en la competencia con repercusiones en la producción y comercialización”.

Un año nuevo que comienza con el campo como protagonista, enfrentando diversos desafíos y buscando mantenerse competitivo. Allá vamos…