En el marco de la Maestría en Agronegocios de la FAUBA se llevó adelante el seminario sobre exportación del poroto con la participación del CPN Agustín Salas, CEO y fundador de la empresa CAS Exportaciones. Esta empresa familiar está presente en el norte argentino para la producción y comercio exterior de poroto y otras leguminosas. El desarrollo de nuevos mercados internacionales le permitió a la empresa consolidarse como un importante productor y originador de poroto en la Argentina.
*Por Juan Alberto Flores Quiroga (alumno de la Maestría en Agronegocios)
La producción de poroto se realiza principalmente en el norte argentino. Allí hay varias empresas que se están dedicando a la producción, originación y consolidación de cargas para la exportación, sobre todo a Brasil. Es un negocio que tiene cada vez más desarrollo y hay mucha competencia internacional, dado que el mercado interno es casi inexistente. En su exposición, Agustín Salas nos ilustra que esta leguminosa viene a reemplazar los cultivos de verano que se daban en el norte, con un rendimiento menor que el rendimiento potencial de la soja, pero con un mercado interesante en precios y menor presión de derechos de exportación.
Agustín resalta que el consumo per cápita de legumbres en Argentina es de 250 gramos al año, mientras que en Brasil el consumo per cápita al año de legumbres es de 20 kilos. En consecuencia, dado el volumen de producción de poroto en la Argentina, unas 500.000 toneladas al año, la mayoría del poroto se exporta (al igual que la mayoría de las legumbres). Salas desataca que históricamente Brasil importaba cerca del 90% de la producción argentina de poroto negro, pero en los últimos años se han generado nuevos mercados, llegando hoy a unos 40 destinos diferentes, lo que permitió reducir la dependencia con Brasil y el consecuente arbitraje de precios. Entre los nuevos mercados se encuentran Venezuela, Cuba, Costa Rica, Guatemala, El Salvador y Colombia.
Por su parte, Europa es destinatario principalmente del poroto blanco. En la Argentina se producen aproximadamente 130.000 toneladas. Nuestro principal competidor en poroto blanco en Europa es Egipto, teniendo la ventaja de la proximidad, 7 días de embarque contra los 30 días de los productos argentinos. Por otro lado, Europa es más exigente que otros mercados y requiere mayor proceso. Los destinos europeos requieren una clasificación mayor, no alcanza únicamente con la zaranda y la clasificación estándar. Se necesita maquinaria específica como la clasificadora por colorimetría. Entre otras exigencias adicionales.
Respecto a las medidas arancelarias, en los últimos de 10 años los derechos de exportación del poroto evolucionaron de la siguiente manera: antes se debía pagar un 5% del valor FOB y se reintegraban el 4,5% como incentivo, después el derecho de exportación bajó a 0% y el reintegro a un 4%, y luego bajó el reintegro al 1%. Le siguió una suba del derecho de exportación al 5% manteniendo el reintegro en 1%. Hoy la producción de poroto es considerada una economía regional, lo que derivó en un derecho de exportación del 0%.
En este marco CAS Exportaciones deja en parte el negocio de la producción y exportación de soja para volcarse al poroto. Agustín plantea que fue una decisión familiar, pero que se busca continuamente profesionalizar y tecnificar todos los procesos. La empresa actualmente cuenta con una planta de procesamiento de poroto, teniendo así otra unidad de negocio además de la originación y exportación del producto.
Sus primeras exportaciones de poroto fueron a Brasil. Se interiorizaron con el proceso de exportación propio del poroto y así con el tiempo decidieron probar con la exportación de ultramar. El problema inmediato era conseguir clientes.
Así las cosas, deciden participar en una feria internacional, la “Gulfood” en Dubái. Salas realizó las tramitaciones para que CAS Exportaciones tenga su stand y se embarcó en un vuelo a Dubai. Allí conocieron a quien fue su primer cliente fuera del continente, un cliente de origen pakistaní. Un país que no conocían, un cliente del cual poco sabían, un flete de 60 días hasta Karachi, la posibilidad de fluctuaciones del mercado durante el viaje de la mercadería; existían riesgo. Pero lo hicieron igual, y les fue muy bien. Escuchando a Agustín uno se da cuenta que no les fue bien por un atisbo del destino, sino por dedicación, esfuerzo y asunción de riesgos.
Un efecto de la pandemia fue que los consumidores han puesto más su atención en qué es lo que comen, de dónde viene el producto, cómo se produce, cómo se procesa, etc. Eso parece que ha sido oído por los distintos actores del sistema de agronegocios y durante 2021 Brasil ha dejado de aceptar el poroto secado con glifosato. A partir de esto, CAS Exportaciones se ha encontrado con el desafío de aumentar sus controles sobre la mercadería producida por terceros para cumplir y resguardar a sus socios comerciales. Esto muestra la alta capacidad de la empresa en adaptarse ante las distintas perturbaciones.
Otro de los grandes problemas que trajo la pandemia, que no se circunscribe únicamente al negocio del poroto, sino en el plano del comercio internacional en general, es la falta de previsibilidad en los fletes tanto a nivel logístico como en precio. Salas cuenta un caso de una exportación que su empresa realizó Medio Oriente, en la que le comunicaron pronto al arribo del buque que hubo brote de COVID en el puerto y que el mismo iba ser cerrado. En consecuencia la entrega se atrasó 45 días. Como resultado de esta situación cada vez es más complicado establecer criterios y acuerdos comerciales con los clientes.
A modo de cierre, el sistema de agronegocios del poroto tendría un potencial de crecimiento a partir de los conflictos comerciales de Estados Unidos con diversos países, de forma tal que pueda esto permitir capturar nuevos mercados.
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