Enfoque sistémico de los agronegocios en Ecuador.

En el marco del programa de Agronegocios de la FAUBA, el día jueves 01 de septiembre de 2022 se llevó a adelante el seminario titulado “Enfoque Sistémico de los Agronegocios en Ecuador”, en el cual se desarrolló un análisis actual y de oportunidades comerciales y productivas que tienen distintos actores del sistema agroalimentario de dicho país. 

*Por Matías N. Urdampilleta (Alumno 2do año Maestría en Agronegocios) 

El seminario Enfoque Sistémico de los Agronegocios de Ecuador estuvo a cargo del disertante Ing. Mag. en Agronegocios Julio de la Calle, quien se desempeña como director de proyectos e innovación de la Asociación Nacional de Fabricantes de Alimentos y Bebidas (ANFAB). Esta asociación, fundada en el año 2001, hoy cuenta con 85 socios entre ellos empresas grandes, medianas y pequeñas. Entre sus objetivos se destacan la defensa de los derechos de la industria, la promoción y cumplimiento de las normas sanitarias y calidad de los productos, el fomento de actividades y capacitación, entre otros; todos ellos con el mismo propósito de aportar valor a los intereses comunes de sus socios. 

Después de presentar a la organización, el disertante continuó por dimensionar al sistema agroalimentario dentro de la economía del país. El sistema de agronegocios y alimentos ecuatoriano representa el 13% del PBI de Ecuador, aportando con una cuarta parte (aproximadamente el 23%) de las ventas totales del país e involucrando al 40% de la producción industrial nacional.  

En materia de exportaciones el sistema viene transitando un período constante de crecimiento. El orador destaca que, durante los últimos 6 años, las exportaciones agroalimentarias han crecido 1,3 veces mientras que las exportaciones del sector petrolero, otro sector de gran dinamismo dentro de la economía de Ecuador, lo hicieron solo en 0,8 veces. Además, destaca que la balanza comercial (exportaciones menos importaciones) del sector es positiva, superando las exportaciones en 6,6 veces promedio las importaciones de este, mostrándonos la gran importancia que tiene en la generación de divisas, siendo esto de gran importancia para sostener el sistema monetario dolarizado del país. Finalmente, su aporte no se limita solo a ventas y generación de divisas, este se extiende a la generación de empleo en el país, ya que el 41% de la PEA (población económicamente activa) esta vinculada al sector agroalimentario. 

Posteriormente el Ing. de la Calle amplió el desarrollo de ANFAB, como un espacio de articulación de los actores que componen las cadenas agroalimentarias, en función de las exigencias y nuevas tendencias del consumidor. Representa la sumatoria de las cadenas agroalimentarias en sus diferentes eslabones: primario, transformador, transporte, exportación y de servicios conexos. El objetivo es lograr una visión desde el consumidor al productor (visión de cadena) a través de la industria transformadora, considerándola a esta como el elemento o empresa “ancla” de ambos eslabones, en una lógica de ganar – ganar.  

ANFAB trabajó sobre este concepto de “empresas ancla” durante 4 años, definiéndolas como a aquellas empresas que tendrán en claro un mercado destino, habiéndolo investigado y a su vez, segmentado un nicho y encontrado consumidores que requieren un producto con características específicas. Estas empresas toman la información recolectada y trasladan la misma hacia atrás en la cadena, para lograr a partir de esa información que el producto que se realiza sea el demandado por ese mercado. No solo identifica al mercado, sino que también a los actores que pueden intervenir para lograr el producto final. 

“Las empresas anclas son entonces el nexo entre el productor primario y el distribuidor, y promueven la competitividad del sector apostando por el desarrollo de cadenas de valor compartido para garantizar el bienestar de los diferentes actores del sector, a través de transferencia de conocimientos y tecnología” amplía el disertante. El concepto de empresa ancla finalmente mutó a “empresas locomotoras” ya que desde la perspectiva de los productores más pequeños, el término ancla no era del todo bien recibido por su sensación de no querer ser traccionados por una empresa que de cierta forma los frene en su camino de producción. La alusión de empresas locomotoras se identifica en términos de que hay un “riel” identificado de a donde quieren llegar y a su vez necesitan “vagones” que serían las herramientas para el desarrollo de la producción donde pueden sumarse otras empresas en un proceso colaborativo. Bajo este rol, podemos observar a estar empresas convertirse en una innovación organizacional del sector.  

En el año 2021 se lanzó una convocatoria desde la Unión Europea, para un proyecto financiado con un presupuesto de aproximadamente 4,5 millones de euros que duraría 4 años y buscaría la reactivación de las exportaciones a la Unión Europea post pandemia del covid-19, buscando entre las bases del proyecto la inclusión de población vulnerable y la sostenibilidad ambiental. Para poder participar del mismo, y lograr el objetivo propuesto, fue necesario buscar socios clave que puedan aportar a la ANFAB en función del mismo. Fue así cómo se integraron a las siguientes organizaciones: Rikolto, una ONG belga que trabaja en Ecuador junto con pequeños productores principalmente de cacao y café, COSPE, ONG italiana vinculada con trabajos de productores similares a la anterior, pero haciendo énfasis en la inclusión de mujeres en el circuito laboral y las cadenas de valor, la Escuela Superior Politécnica Litoral (ESPOL) y la Universidad Ku Leuven. 

Cada actor tiene un conocimiento distinto para aportar al proyecto distintas facetas. Por ejemplo, desde Rikolto cuentan con conocimientos del mercado y sus necesidades, ANFAB a partir del trabajo que venía realizando también conoce el estado de las PYMES y MIPYMES que podrían integrarse y aportar al mismo, y las universidades desarrollan investigación de las cadenas propuestas para el proyecto. 

Como todo proceso de integración, al principio existieron diferencias entre los puntos de vista de las distintas entidades que se unieron para este fin, pero se logró que todas se alinearan bajo la idea del “Ecuador Agroalimentario”. Así surgió el apoyo para este proyecto conjunto a cual se le llamó “CREA” (Camino a la Reactivación del Ecuador Agroalimentario) con los fines lograr crear cadenas de valor inclusivas y sostenibles, la exportación de productos alimentarios al mercado europeo de especialidades e impulsar y mejorar el desarrollo de la ya existente plataforma digital del CREA para conectar a los actores del sistema agroalimentario, el cual aporta, contactos de productores con buenas prácticas agrícolas, listado de industrias, insumos e información de mercado. 

De esta forma, pudimos ver los aportes hechos por la ANFAB en favor del desarrollo del sistema agroalimentario del Ecuador y cómo la teoría de la nueva economía y de los negocios agroalimentarios se plasman en la visión y ejecución del proyecto CREA. 

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