En el marco del Programa de Agronegocios de la FAUBA, se llevó a cabo el seminario sobre Alcachofas Platenses, abordándose el emprendimiento colectivo de producción y comercialización de alcauciles a través de un sello de calidad.
El seminario fue presentado por la Ing. Adriana Riccetti, especialista en Economía Agroalimentaria, quien ha sido parte de la iniciativa de desarrollar una indicación geográfica, la cual es obtenida en el año 2016 en base a un protocolo diseñado y desarrollado en conjunto con técnicos del INTA y Cambio Rural, en donde se han considerado los desafíos que actualmente enfrentan los productores.
Por María Laura Grande (alumna de Maestría en Agronegocios).
Adriana Riccetti es Ingeniera Agrónoma de la Universidad de La Plata especializada en Economía Agroalimentaria. Los últimos años de su carrera los desarrolló muy vinculada a las estrategias de agregado de valor en alimentos, especialmente en Indicaciones Geográficas, siendo productora, asesora y coordinadora del grupo “Alcachofas Platenses” en la ciudad de La Plata, Provincia. de Buenos Aires; ha sido capacitadora y disertante en numerosos congresos y simposios en temas de Horticultura, alimentos con diferenciación, proyectos asociativos y análisis económicos, entre otros.
La Ing. Riccetti inicia su presentación refiriéndose a su producción de alcauciles en el cordón hortícola de La Plata, Provincia de Buenos Aires desde hace décadas y a su rol de coordinadora de un grupo de productores que llevan a cabo desde 1994 Alcachofas Platenses, impulsando el desarrollo del cultivo, incorporando nuevas tecnologías para lograr una producción a mayor escala y satisfacer mayores estándares de calidad, cumpliendo la misión de ser competitiva y ambientalmente sustentable. Relata que cuando comenzaron la producción su alcaucil era en su totalidad del tipo violeta, orientado especialmente al mercado fresco, desarrollando posteriormente un alcaucil verde más adaptado a la industria, siendo un alcaucil baby más pequeño, apuntando a tener un breve tiempo de preparado, pelado, que muchas veces provoca que el consumo no sea tan masivo.
La disertante manifiesta que el cultivo tiene un fuerte arraigo cultural entre los inmigrantes italianos que poblaron dicha zona, relacionado a que Italia es el principal consumidor y productor de la alcachofa, y donde no fue la ausencia de rentabilidad quien definió su producción, sino el entusiasmo de que perdure un alimento que para muchos consumidores es exquisito. Se refiere a Argentina como quinto productor mundial de alcaucil en la década de 1980 y después en los años 90, disminuyendo notablemente la producción y comenzando a trabajar para reactivarlo.
Desde 2008 a 2011 el grupo experimentó la exportación de alcaucil fresco al mercado italiano y americano, siendo una tarea bastante complicada debido a que es un producto de mucho volumen y bajo precio para lo que son los productos de exportación, luego se discontinuó y actualmente están sólo en el mercado interno, vendiendo la mayor parte de la producción en el Mercado Central. Alcachofas Platenses, orientándose todo a la gastronomía y utilizando varios canales de comercialización para llegar al consumidor final.
La Ing. Riccetti manifiesta que en 2016 tuvieron la posibilidad de obtener la Indicación Geográfica “Alcauciles Platenses”, que es un trabajo que se realiza para producir el alcaucil bajo un protocolo donde se utilizan prácticas agrícolas y un sistema de manejo certificado. Destaca que son el único producto de la Provincia de Buenos Aires que tiene sello de calidad, después de muchos años y esfuerzo para su obtención.
La Indicación Geográfica constituye una herramienta que permite diferenciar y hacer distinguible la calidad de un producto relacionada con su origen geográfico, otorgando protección legal al nombre, al producto y al grupo interesado, tendiendo a promover el desarrollo rural.
El objetivo del grupo Alcauciles Platenses es aportar a la alcachofa valor agregado (venderlo pelado, en lata o frasco) pero siempre al natural, de manera que permita agilizar la cocción del producto y sea más fácil consumirlo
La expositora manifiesta que el productor hortícola de la zona no escapa al resto de las variables de la producción hortícola nacional, el mismo no está muy interesado en este cultivo porque las posibilidades de mercado son bastantes limitadas, existe ausencia de consumidores y mano de obra en tiempos de cosecha.
La Ing. Riccetti afirma que el potencial de los productos ligados al origen radica en su calidad específica, que es el resultado de la combinación de recursos naturales y técnicas o prácticas de productos locales relacionadas con la historia y la cultura. De hecho en 2007 se da inicio a la Fiesta del Alcaucil en la ciudad de La Plata para promover el consumo de alcauciles.
Considero que Alcachofas Platenses elabora herramientas de promoción para incentivar la demanda de alcaucil, trabajando diariamente en el campo, en la comercialización, con los chefs aliados del alcaucil, que enseñan cómo cocinarlos y los nutricionistas que muestran las bondades del producto, siendo la Fiesta citada fruto del enorme esfuerzo del grupo de productores quienes festejan la cosecha que se inicia y comparten la alegría con sus familias y la comunidad siendo la mejor oportunidad para mostrar la tradición del cultivo, su historia y el legado de sus antepasados como la difusión de las distintas variedades de alcaucil desarrolladas poseedoras de una identificación geográfica que ofrece al consumidor una garantía sobre su origen de cultivo y su sistema de producción dentro de la Argentina, donde el cinturón hortícola de La Plata es la única región que reúne condiciones ideales no sólo para el desarrollo vegetativo del cultivo sino también para el momento de la cosecha, ya que el capítulo del alcaucil concentra alto contenido de humedad.
Actualmente las 900 hectáreas implantadas en dicha zona representan casi el 60 % de la superficie total del país y el 90% de la superficie a nivel de la Provincia de Buenos Aires.
La incorporación de nuevos materiales genéticos mejoró el rendimiento, la calidad culinaria y amplió la oferta del alcaucil desde mayo hasta noviembre, disponiendo el consumidor de alcauciles de diferentes colores, formas y tamaños durante siete meses del año.
La producción de alcaucil actualmente se encuentra localizada en Villa Elvira, Los Hornos y, en menor medida, Lisandro Olmos. Históricamente la producción se concentraba en Arana, Abasto y Etcheverry en la década del cuarenta.
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